Vizcarra Senda del Oro (2020)

En los años 80, José Manuel Vizcarra Aguado fue uno de los pioneros en realizar plantaciones de viña cuando todavía nadie apostaba por la zona de Ribera del Duero. En 1991, su hijo Juan Carlos Vizcarra sigue los pasos de su padre elaborando primero vinos jóvenes y posteriormente vinos de guarda. En 2007 se inauguran las nuevas instalaciones en las que todos los procesos de elaboración y crianza se realizan por gravedad. En 2015 amplían la bodega con una nueva nave de crianza y un espacio de microvinificaciones de sus vinos más especiales y para investigación, que se observa en sus plantaciones de variedades foráneas, junto con una hectárea de Merlot y, obviamente, dejando al Tinto fino liderar con 55 hectáreas en formación en vaso y espaldera. Sus pagos se ubican en los términos municipales de Mambrilla de Castrejón y Roa de Duero.

Nos ha costado volver a tener una referencia de Ribera del Duero, la verdad. Pero resulta una denominación de origen complicada para asegurar una calidad alta, con un vino que aporte matices novedosos alejados de los tintos ‘Roble/Crianza’ más habituales y que se mantenga en precio. Pero bueno, lo hemos conseguido. Este vino lo descubrimos comiendo en un sitio que recomendamos encarecidamente (Restaurante El del Medio, en el barrio de Chamartín en Madrid). Es uno de los vinos por copa que tienen. Hay veces que restaurantes eligen sus vinos por copas sin buscar grandes complicaciones y otros, como es el caso, que, dentro de una D.O. clásica, busca aportar algo diferencial. Tras probarlo en un par de ocasiones, nos convencimos que estábamos ante un vino con todos lo que pedimos en Vinacos!

Encantados de volver a tener un Ribera del Duero en Vinacos! No resulta fácil (es el cuarto en nuestros casi 10 años de historia) porque buscamos calidad, novedad y precio, pero cuando lo conseguimos, sabemos que va a tener buena acogida. Confiamos que así sea con este 100% tinto fino (Tempranillo), proveniente de viñedos de 15 años de antigüedad y una crianza de 7 meses en barricas de roble americano y francés. Hay un punto clásico de Ribera, con esa predominio de la fruta negra (mora, ciruela, picota y arándanos) sobre roja (cereza y grosella), pero también aporta más frescura de lo habitual, un punto espaciado, notas herbaceas y, sobre todo muy importante para nosotros con vinos de Ribera, taninos perfectamente alineados para un final persistente y prolongado. Un triunfo de vino reconocido con 92 puntos Peñín en la añada 2019 y que vuelve a repetir en la actual 2020. Impresionante.